Proyecto de branding para Conchinchina.

Un espacio dedicado al conocimiento donde se realizan talleres, cursos, charlas, encuentros de distintas disciplinas relacionadas con la creatividad, el juego, la imaginación y el bienestar. Todas ellas, fuera de corrientes y herramientas educativas convencionales.

Para ello, definimos su territorio de marca y su rol para, a continuación, crear el nombre y dotarla de una identidad visual, con todas sus aplicaciones corporativas, acorde con su personalidad.

Solución

Para la creación del nombre de la marca, partimos de la idea de equiparar el espacio donde se desarrollaría el proyecto con un lugar apartado del mundo, un refugio donde cobijarse de lo convencional. En multitud de ocasiones, para referirnos a un lugar muy lejano y exótico, hemos utilizado el término Conchinchina: “Está en la Conchinchina”. Un lugar que a veces se cree imaginario y que encaja perfectamente con los valores y el arquetipo de marca. Además el resultado hace a la marca muy potente, memorable y le dota de notoriedad.

La identidad visual respeta la fuerza y jerarquía que corona el nombre, acompañándolo únicamente de un símbolo (la letra C) para el que se toma como referencia visual, el trabajo con figuras imposibles de M. C. Escher, usándolo además como el propósito mismo de la marca: convertir lo imposible en posible.

El resultado es un islote. Ese lugar apartado del que hablamos anteriormente, ese sitio al que llegas tras huir de lo conocido para adquirir nuevos conocimientos desde el juego y la creatividad. Una identidad elegante y sobria, a una sola tinta, que mezcla creatividad con funcionalidad, elementos que están en el ADN de este proyecto.

Así mismo, creamos un universo visual que acompañara a la marca en todas aquellas acciones y aplicaciones de comunicación. Para ello, definimos una línea basada en iconografía sin relleno, también a una sola tinta, con el mismo estilo de la identidad visual.