Seamos peores y nos irá mejor
21 enero, 2016 - 5 minutes readDicen que los Sex Pistols y The Ramones eran malos músicos porque solo conocían 3 acordes, pero aún así, cambiaron parte de la historia de la música. La técnica te hará capaz de tocar mejor una guitarra, pero no necesariamente, te permitirá tocar el corazón del público y hacerte memorable.
La técnica es un proceso de aprendizaje necesario, a veces rápido, otras a más largo plazo. La actitud significa “querer”, es “ser”, es aquí, es ahora. Es demostrar quien eres y lo mejor de todo, que la gente te reconozca y te recuerde. La actitud frente a la aptitud. La C contra la P.
En el terreno de las marcas, la C hoy más que nunca lo es todo. En un mundo con tanto ruido mediático, lleno de impactos visuales, tener la P es una obviedad, pero para sobresalir sobre el resto, no es suficiente. Y para muestra, un botón.
El Hans Brinker Hotel de Ámsterdam, es un caso peculiar. Un negocio cuya carta de presentación es este slogan: “The hotel that couldn´t care less, but we will try / El hotel que no tiene cuidado, pero lo intentará”. Bajo la idea de que el huésped solo pague por lo que realmente es importante para él, eliminando así lo superfluo, Hans Brinker Hotel desarrolla una comunicación basada precisamente en potenciar sus debilidades.
Con todo esto, el Hans Brinker abandona el terreno de juego en el que se tiene que ver las caras con el resto de alojamientos hosteleros de Ámsterdam y crea su propio territorio, reconocible, singular y en el que, la marca es la único jugador. ¡Premio para el caballero!
Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido.
La actitud se evapora con la edad y otras veces, en cambio, sobresale cuando sumamos primaveras.
En el primer caso, de manera natural, en un afán por madurar y despojarnos así de conductas infantiles, dejamos de ser espontáneos y medimos nuestras acciones más en el “cómo se hacen” que en el “cómo yo las hago”. Con los años por ejemplo, pasamos de dibujar libre y naturalmente a sentir vergüenza en el momento que alguien nos reta a hacerlo. Pasamos de ser, en esencia, nosotros mismos a ser, en mayor medida, lo que tenemos que ser. La cuestión es que como tú o como yo, no hay nadie. Somos irrepetibles. Por el contrario, surge un problema: pasamos a englosar esa lista tan numerosa de “gente que hace bien lo que se suponga que tiene que hacer”. Uno más. Sin más.
Seguro que ahora mismo te estarás acordando de un gran número de personas que ni siquiera llegan a eso, que son auténticos profesionales de la incompetencia. Pero dando por hecho que no somos uno de ellos, ¿es suficiente quedarnos solo ahí? ¿y si damos un pasito adelante?.
Seamos malos músicos, malos diseñadores, malos enfermeros o malos abogados; no tengamos miedo a no poseer el conocimiento completo de la técnica, es imposible. Saquemos a la luz lo que tenemos con la capacidad que poseamos en ese momento. Será un acto espontáneo, el resultado será un fiel reflejo de lo que eres y lo más importante: mostrarás actitud. Y si no te convence del todo, puedes volver al primer párrafo y pensarlo de nuevo.
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